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The money raised is reinvested in conservation and research projects on frogs.
Samuel Sucre, a local biologist, says that the sound of frogs is the "music of the woods" and that it is very sad not to hear them. For this reason, this Panamanian biologist has a project to protect them by promoting their breeding and legal and controlled sale. After receiving environmental permits, Samuel Sucre periodically goes out to the swamps of Panama, a country of abundant biodiversity, in search of some "parents" for his Natural Tanks hatchery. "Few individuals are collected. Through a few parents we begin to breed a lot and in several generations. We collect 12 individuals in the field" maximum in each outing, explains the 31-year-old biologist. Then they reproduce in captivity, where about 400 tadpoles can come out of two pairs of frogs. "The purpose of this hatchery is to be able to invest in conservation and research through commercialization," he details. But how can you protect frogs by selling them? "Many species that we have here been victims of illegal pet trafficking, in Panama nobody breeds them, and they are trafficked by big mafias. As long as there is no legal offer, there is no way to stop that," he considers. So, "if you take a coveted species - some are worth up to $1,000 in the illegal market - and raise them legally and sell them, then you lower the price" and the illegal market is affected, he adds. In this way, he says, "pressure" is taken off wild species. He says that breeders from other countries have criticized him for "damaging" the market with his proposal. The money raised is reinvested in conservation and research projects. They conduct talks on environmental education in schools and research on reptile diets. His plan is to export to the United States in the next few months. In one of its urns, a tiny frog curls up on a leaf, as if asleep. It is the Agalychnis callidryas, or red-eyed frog, in great demand. While the red arrow frog (Oophaga pumilio) appears among some leaves, with intense red skin with black spots. "They play an important role in ecology, in aquatic and terrestrial ecosystems, they control insects and water quality," explains Sucre. According to the Ministry of the Environment, in Panama there are approximately 220 species of amphibians and about a third are under threat. Some have disappeared due to diseases such as fungi, but also due to deforestation and extraction from their wild habitat to feed the lucrative illegal trade. Panama is home to the golden frog, an endemic species that is considered extinct in its natural habitat and can only be seen in zoos and specialized hatcheries. "I know it is controversial because the pet market has behaved very badly historically, but I see a potential for the pet market to become an ally of conservation," says Sucre.
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 Fuente: En Segundos Samuel dice que el canto de las ranas es la “música de los bosques” y que es muy triste no escucharlas. Por eso, este biólogo panameño tiene un proyecto para protegerlas, promoviendo su cría y venta legal y controlada. Tras recibir los permisos ambientales, Samuel Sucre sale periódicamente a los pantanos de Panamá, un país de abundante biodiversidad, en busca de algunos “parentales” para su criadero Natural Tanks.
“Se colectan pocos individuos. A través de pocos parentales empezamos a criar bastante y en varias generaciones. Colectamos 12 individuos en campo” máximo en cada salida, explica el biólogo de 31 años. Luego se reproducen en cautiverio, donde de dos parejas de ranas pueden salir unos 400 renacuajos. “El propósito de este criadero es poder invertir en conservación e investigación a través de la comercialización”, detalla. Pero ¿cómo se puede proteger a las ranas vendiéndolas? “Muchas especies que tenemos aquí son víctimas de tráfico ilegal de mascotas, en Panamá nadie las cría y son traficadas por grandes mafias. Mientras no haya una oferta legal, no hay manera de detener eso”, considera. Entonces, “si tú agarras una especie codiciada -algunas valen hasta 1.000 dólares en el mercado ilegal y las crías legalmente y las vendes, entonces reduces el precio” y el mercado ilegal se ve afectado, agrega. De esta forma, dice, se le quita “presión” a las especies silvestres. Cuenta que criadores de otros países le han criticado por “dañar” el mercado con su propuesta. El dinero captado lo reinvierte en proyectos de conservación e investigación. Realizan charlas de educación ambiental en las escuelas e investigaciones sobre las dietas de los reptiles. Su plan es exportar a Estados Unidos en los próximos meses. En una de sus urnas, una diminuta rana se acurruca en una hoja, como dormida. Es la Agalychnis callidryas, o rana de ojos rojos, de importante demanda. Mientras que, entre unas hojarascas, de intensa piel roja con puntos negros, asoma la rana flecha roja (Oophaga pumilio). “Cumplen un rol importante en la ecología, en ecosistemas acuáticos y terrestres, controlan insectos y calidad de agua”, explica Sucre. De acuerdo con el Ministerio de Ambiente, en Panamá existen aproximadamente 220 especies de anfibios y cerca de un tercio están bajo amenaza. Algunas han desaparecido por enfermedades como hongos, pero también por deforestación y extracción de su hábitat silvestre para alimentar el lucrativo tráfico ilegal. Panamá es casa de la rana dorada, una especie endémica que se considera extinta en su hábitat natural y puede ser vista solo en zoológicos y criaderos especializados. “Sé que es controversial porque el mercado de mascotas se ha comportado muy mal históricamente, pero le veo un potencial al mercado de mascotas de convertirse en aliado de la conservación”, puntualiza Sucre. |
Samuel SucreLicenciado en Estudios Ambientales, Propietario de Natural Tanks. ArchivesCategories |
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